Practica el zen para dormirte
En el corazón del zen está la idea de aprovechar el ahora.
Si lo piensas, todo lo que te fastidió ayer ya ha pasado y todo lo que te puede fastidiar mañana todavía no ha llegado. Así que, ¿para qué preocuparse?
Vale, suena un tanto metafísico, pero dejar que el zen impregne tu vida equivale a construir tu propia felicidad. Desde un punto de vista práctico, te permitirá aprender por tu cuenta a conciliar rápidamente el sueño. Vamos a enseñarte cómo empezar, despacito, como deberías hacerlo todo en esta vida.
Felicidad auto-generada
“Somos lo que pensamos. Todo lo que somos es resultado de nuestros pensamientos. Con lo que pensamos, construimos nuestro mundo", dijo Buda. Y tenía toda la razón.
El estado de ánimo se parece a un músculo: cuanto más te entrenes para mantener una actitud positiva, más fácil te resultará hacerlo y mejor se te dará. Los medios intentan hacerte creer que la felicidad llama a tu puerta con un vistoso envoltorio y un gran lazo, en forma de amor, riquezas, fama... pero lo primero que hay que entender de la vida (y cuanto antes, mejor) es que a ser feliz SE APRENDE.
Centrarse en el presente
Lo hecho, hecho está: lamentándote por el (trágico) pasado conseguirás, como mucho, aprender algo de tus errores (cosa que, sin duda, hay que hacer hasta cierto punto) y, como poco, estropear tu estado de ánimo. ¿Cómo hacer para vivir el momento?
Apreciar lo que tienes
Siente gratitud por las cosas que tienes ahora (y no digas que no tienes nada, al menos tienes conexión a Internet).
Di que no al materialismo excesivo
Probablemente no tengas el último modelo de iPhone, pero sí que tienes amigos que cogen el teléfono cuando les llamas y eso está muy bien. Si acaso no lo cogieran, pues bien, puede que sea el momento de cambiar de amistades y mantener una actitud positiva.
Ten confianza en ti mismo
Conjura tu L’Oréal interior para motivarte todos los días, porque tú lo vales.
Ralentiza tus movimientos
Una técnica para hacer que tus pensamientos vayan más despacio, es ¡ralentizar tu cuerpo!
Reserva tiempo para tomarte el tiempo que necesites. Haz tiempo para tomarte un desayuno de verdad y comer en condiciones a mediodía, y oblígate a hacer pequeñas pausas a lo largo de la jornada. ¡No debes sentirte culpable por ello! Esas paraditas te permiten mantener la concentración en las tareas que tienes entre manos y mejorar tu productividad.
Si te sientes especialmente nervioso o temeroso durante el día, dedica un momento a concentrarte en lo que estás haciendo a cámara lenta. Lo más importante es disminuir el ritmo de latidos del corazón mediante la respiración, y el empeño que pones en conseguirlo.
Esta técnica es relativamente conocida gracias al Taichi, ese arte marcial practicado por las viejas abuelas chinas y los jóvenes hípsters que leyeron "Come, reza, ama". Hará que seas más consciente de tu cuerpo y tus movimientos, te tranquilizará y disipará los pensamientos negativos.
Introducción a la meditación
“Lo que importa es hacerlo lo mejor posible” dice el Dalai Lama. No pensar en nada puede ser difícil de conseguir, es lo normal. Para meditar, no es necesario ser religioso o creer en una filosofía en particular, es suficiente con que quieras sentirte bien contigo mismo.
- Meditación Samatha
La meditación Samatha se refiere a la tranquilidad mental. Es una técnica de concentración que entrena la mente para que permanezca en calma a pesar de los pensamientos intrusivos.
Siéntate con las piernas cruzadas en la postura del loto, con la espalda y el cuello bien rectos.
Relaja la cara y los hombros, mete ligeramente la barbilla, cierra los ojos y concéntrate en la respiración.
Con cada respiración, dirige tu atención al triángulo que hay entre el labio superior y las fosas nasales.
Si te distraes, ¡no te preocupes! Cuando te des cuenta de que has pensado en algo, simplemente vuelve a guiar tu mente hacia el foco original de concentración.
- Aprovecha el presente mentalmente
Si te resulta muy difícil limitarte al presente, prueba este consejo extraído de "El poder del ahora", de Eckhart Tolle, un súperventas americano que enseña ejercicios de meditación.
Si no puedes evitar pensar en otra cosa, obsérvate pensando en otra cosa. ¿Lo pillas?
Si piensas en otra cosa, será porque es mejor o peor que el momento presente (si no, no estarías pensando en ello, ¡estarías demasiado absorto en el ahora!). En cuanto te des cuenta de que estás pensando en otra cosa, ya habrás conseguido romper el círculo. Una vez más, vuelves a ser consciente del ahora.
También puedes observar tus reacciones y emociones. Te conviertes en un testigo silencioso de lo que piensas, esta es la clave para controlar tu felicidad.
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