Dormir mejor para adelgazar
Dormir mejor para adelgazar, ¿qué te parece? Como técnica, suena tan insignificante que no es de extrañar que te cueste creerlo, pero es la pura verdad: razón de más para aprender a quedarte dormido. No notarás cambios espectaculares, pero llevando un estilo de vida sano y descansado te resultará más fácil mantener la línea y no acumular kilos de más.
En el meollo de todo esto andan metidas las hormonas (como siempre): cuando duermes, produces leptina y cuando te despiertas, grelina. A pesar de esos nombres tan feos, no son una pareja de trolls que habitan tu cuerpo, sino dos tipos de hormonas generadas por tu tejido adiposo blanco (la grasa, para que nos entendamos).
- Leptina
La leptina metaboliza las grasas y provoca una sensación de saciedad: gracias a ella, no te despiertas en mitad de la noche a picar algo.
- Grelina
La grelina te hace sentir hambre, concretamente, de comidas grasas y dulces.
Cuando duermes poco, la producción hormonal se desestabiliza y generas más grelina, por lo que tienes más hambre que de costumbre y comes más alimentos grasos.
Estudios esenciales
Joëlle Adrien (neurobióloga e investigadora del INSERM francés, el Instituto Nacional de Investigación Sanitaria) lleva tiempo siendo una referencia de vanguardia en los estudios sobre pérdida de peso en personas que duermen mucho o muy poco.
En un primer estudio, se examinaron dos grupos de individuos. El primer grupo durmió 5 horas por noche, el segundo 8. Pasadas tres semanas, los integrantes del primer grupo habían engordado 2 kilos, mientras que los del segundo habían mantenido su peso incial.
Además, los investigadores impusieron un régimen a las personas con sobrepeso durante 2 semanas y después las separaron en 2 grupos en función de sus horarios de sueño.
Todos perdieron la misma cantidad de peso, pero con una gran diferencia. Los que dormían 8 horas perdieron alrededor de 1,5 kilos de grasa y 1,5 kilos de músculo, pero los que dormían menos de 6 horas perdieron solo 500gr de grasa y hasta 2,5 kilos de músculo.
Así que ¡cuidado! porque dormir mal puede hacerte engordar y además perder músculo. Podrías acabar teniendo mucha grasa y poca fuerza...
Aprovechar el sueño profundo para adelgazar
Para aprovechar al máximo la capacidad natural del organismo para adelgazar, tienes que mejorar la calidad de tu sueño profundo.
El sueño profundo y el sueño de ondas lentas son las fases más relajantes del sueño. El ritmo cardíaco y la respiración se hacen más regulares, tu cuerpo dedica toda su energía a curarse y reconstruirse y es más difícil despertarte.
- No tomes estimulantes antes de acostarte
Las bebidas con cafeína, como el café, el té u otras, no solo te impiden quedarte dormido, sino que hacen que tu sueño sea más ligero. Esto te viene especialmente mal si quieres perder peso, porque el sueño profundo es la fase en la que el organismo quema más calorías (unas 500 por noche, no está mal, teniendo en cuenta que ni siquiera estás consciente).
- ¡No duermas la mañana!
Intenta no quedarte durmiendo hasta mediodía, aunque te suponga quedarte sin un par de horas de sueño extra en tu casa. Si duermes hasta tarde, alteras el ritmo de sueño y los horarios de las comidas: cuando tu cuerpo no sabe cuándo le vas a dar de comer otra vez, almacena un poco de peso de más para hacer frente a posibles contingencias.
- Haz ejercicio durante el día
Cuanto más ejercicio hagas de día, más trabajará el cuerpo en la fase de sueño profundo para desarrollar los músculos. Después de que te hayas cansado haciendo deporte, caerás en un sueño reparador... y adelgazante.
Comida y sueño
No cometas el error de creer que lo único que tienes que hacer es dormirla y nunca más tendrás que preocuparte por haber tomado comida basura. ¡Dormir bien no funciona si no comes bien!
- Come a las mismas horas
Ya te lo han dicho muchas veces, pero el desayuno es la comida más importante del día y el momento en que deberías almacenar energía a base de alimentos saludables. También es importante una buena pausa a mediodía para el almuerzo, pero por la noche lo mejor es hacer una cena ligera entre 2 y 3 horas antes de acostarse, y tomar una infusión (manzanilla, valeriana) para que te entre sueño.
- No al alcohol
Al alterar los neurotransmisores (concretamente, la serotonina y el triptófano, que regulan el sueño), el alcohol altera el sueño, particularmente el sueño profundo.
La noción de que el alcohol ayuda a quedarse dormido es discutible: puede dejarte K. O. bastante rápido, pero si tomas una dosis demasiado alta, se convierte en un estimulante. En cuanto a cantidades más reducidas y frecuentes, estate atento a tu hígado y no te aficiones mucho (la dependencia puede convertirse en un problema... gordo).
- No cenes dulces o alimentos grasos
Los azúcares y los lípidos calientan el organismo, pero la temperatura ideal para dormir son los 18°C. Una temperatura algo baja contribuye al sueño profundo. Además, si tomas comidas pesadas de noche, el cuerpo almacena la grasa de manera natural y la consolida durante el sueño.
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