Dieta y embarazo
¿Qué deberías comer para que el feto crezca sano? El primer mito que hay que descartar es que no tienes que comer por dos. Solo necesitas 150 calorías extra al día durante el primer trimestre y 350 durante el segundo y el tercero. Para que te hagas a la idea, 350 calorías son unos 100g de pasta. Vamos, que no podrás compensar con la comida lo de dormir mal por el embarazo...
Come de forma equilibrada y a horas regulares
Ahora que tienes que ocuparte de alguien más, las reglas de una dieta sana adquieren todavía más importancia. Lo bueno es que nada de esto es nuevo, y si ya comías bien, no tendrás que cambiar gran cosa. Sin embargo, procura no saltarte comidas o picar "lo que sea", porque puedes padecer sensación de fatiga, carencias nutricionales o un exceso de glúcidos de acción rápida.
Come tres comidas completas al día, por la mañana, a medio día y por la noche, que incluyan preferiblemente 5 frutas y verduras y un poco de todo (siempre que respeten la noción de dieta sana). Si te quedas con hambre, un tentempié o dos al día son suficientes: puedes llevar plátanos en el bolso (nada de fruslerías recubiertas de chocolate y caramelo: plátanos tal cual, de los normales con su piel y todo, que no se diga... tú puedes con lo que te echen).
Otras ideas para un picoteo sano: yogur con muesli o fruta, frutas secas como los higos o los orejones (llevan magnesio, que te ayudará a sentirte llena de energía), mantequilla de almendra (llena de proteínas)...
Manténte hidratada
Para mantener un buen nivel de hidratación, es necesario beber al menos 1,5 litros al día, preferentemente de agua mineral y zumo de frutas (como es obvio, nada de refrescos, eso se acabó). Respecto al zumo de frutas, nos referimos al recién exprimido y no a los briks de zumo del supermercado. Para variar en sabores y garantizar la calidad, lo mejor es invertir en una licuadora. Será útil incluso después del embarazo para preparar zumos de frutas y verduras (evidentemente, ecológicos) y conseguir todos los nutrientes y beneficios.
- Jengibre
El jengibre evita que sientas náuseas durante el primer trimestre, tonifica los músculos y al sistema digestivo, y a la vez te permite relajarte. No obstante, olvídalo si ya estás tomando algún anticoagulante: podrías acabar sangrando más de lo normal.
- Rooibos
Esta planta sudafricana acumula numerosas propiedades: te ayuda a relajarte, está llena de vitamina C y micronutrientes, no contiene teína ni taninos y es un antioxidante. Si te gusta cómo sabe, podría convertirse en tu nueva "tisana crepuscular". A diferencia del té, las infusiones de rooibos tienen la particularidad de no deshidratarte.
- Piel de cítricos
Ten cuidado con esta infusión: es necesario que sean cítricos ecológicos, sin pesticidas. Disfruta esta bebida calentita repleta de vitamina C.
La vitamina B9 desarrolla el sistema nervioso
La vitamina B9 se llama también ácido fólico. Es necesaria para construir el sistema nervioso del feto y puedes hallarla en las coles, espinacas, ensaladas, lechugas y brócolis. Las verduras verdes también tienen la ventaja de estar llenas de magnesio, que contribuye a prevenir los calambres musculares. Para evitarlos, puedes tomar igualmente legumbres secas (alubias, lentejas, garbanzos) y frutos secos.
La vitamina C te protege
La vitamina C os protege a ti y al bebé de las infecciones y facilita la absorción de hierro y colágeno en el organismo. El colágeno se emplea para mantener los tejidos corporales (la placenta, la piel, incluso los huesos, aunque no son un tejido).
Para ayudar al cuerpo a asimilar bien la vitamina C, toma un cítrico (naranja, pomelo, limón), un kiwi o unas fresas con una comida repleta de proteínas. Si tomas la fruta con piel, ten la precaución de seleccionar frutas ecológicas o lavarlas con mucho mimo para retirar los pesticidas. También puedes obtener la vitamina C de algunas hierbas aromáticas, como el cilantro.
Los ácidos grasos omega 3 te hacen más lista
Los omega 3 son necesarios para que el bebé transporte la glucosa a su cerebro y construya neuronas. También son los componentes esenciales para el desarrollo del sistema nervioso y la visión. Para la futura madre: los omega 3 te pondrán de buen humor y, según un estudio de la Universidad de Kansas, podrían demorar los nacimientos prematuros.
Los omega 3 se encuentran en el pescado azul (caballa, sardinas, boquerones...), pero también en aliños para ensaladas (aceitunas y similares), algunas verduras (espinacas, canónigos, repollos) y en todos los frutos secos.
El hierro y las proteínas hacen crecer al bebé
Necesitas proteínas para que el bebé tenga membranas celulares, músculos y unas buenas defensas inmunitarias. Si tienes carencia de hierro, ahora que comes para los dos podrías sufrir anemia, algo que rápidamente podría invitar todo tipo de infecciones.
Para evitar la debilidad, este es el menú: lentejas, habas, garbanzos, anacardos, almendras, pasas y espinacas (la verdad es que la espinaca tiene un montón de utilidades). La carne también tiene hierro y además un montón de proteínas, evidentemente: el pollo es una carne blanca que va con casi todo y se puede tomar hasta en ensalada o en bocadillo. También puedes optar por la carne roja o los huevos, siempre que estén bien hechos. No obstante, en Livlab creemos que es mejor tomar otras cosas en lugar de carne, porque se puede añadir hierro a la dieta de muchas maneras y comer carne es criticable desde un punto de vista ético. Para evitar las salsas pesadas (que son fuentes potenciales de salmonella), opta mejor por cocinar la carne en el horno, en su jugo o a la brasa.
Las féculas te aportan energía
Resultan útiles para hacer todas esas ensaladas que estás empezando a tomar continuamente, y son esenciales para una dieta equilibrada y energética. En concreto, el pan integral, la pasta integral, el arroz integral, cualquier otro grano integral y las patatas, son buenas opciones. Por otro lado, nada de esas patatas fritas llenas de aceite o esas galletas tan dulces que intentas desesperadamente hacer pasar por féculas...
¡Que aproveche!
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